"No puedes decepcionar a los ciudadanos"
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"No puedes decepcionar a los ciudadanos"
Néstor García, académico de la Universidad Complutense de Madrid, estuvo de visita en Guadalajara para integrarse al equipo de profesores del III Taller de Integración Profesional hacia la Sustentabilidad, en el que participaron estudiantes de las maestrías en Ciudad y Espacio Público Sustentable, y en Proyectos y Edificación Sustentables.
Édgar Velasco
En el centro de Madrid hay un muro que tiene más de dos mil años de antigüedad, pues data del siglo II antes de Cristo. En la capital española, las construcciones antiguas se ponen en valor y, sin renunciar a la modernidad, se protege la huella que la historia ha dejado en sus calles.
Por eso, para Néstor García Montes, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, resultó toda una sorpresa recorrer las calles del centro de Guadalajara, específicamente las del barrio del Santuario, y toparse con que el patrimonio histórico de la ciudad prácticamente no existe, y el que queda está diseminado o en ruinas.
"En otras ciudades, sobre todo en las europeas, el centro es la joya de la corona, es donde hay mejores servicios, es uno de los puntos más cuidados, pero aquí no", dice el académico español, quien estuvo en la ciudad como parte del III Taller de Integración Profesional hacia la Sustentabilidad 2019, organizado como parte del Verano Internacional ITESO por las maestrías en Ciudad y Espacio Público Sustentable y en Proyectos y Edificación Sustentables.
García es sociólogo y, aunque reconoce que sus opiniones pueden no apegarse a las que tienen un arquitecto o un ingeniero civil, señala que el centro de Guadalajara en general, y el barrio del Santuario en particular, "necesita una intervención urgente. Tiene mucho potencial, pero está muy desaprovechado. Podría tener una estructura urbana que fuera más amable con los ciudadanos".
Agrega que actualmente hay un círculo vicioso que verbaliza con una pregunta: "¿El centro está descuidado porque la gente no lo cuida o la gente no lo cuida porque de por sí está descuidado?". Observa, además, que en este descuido se suman diferentes factores, como la responsabilidad institucional, el paso del tiempo y los intereses económicos.
"El centro de Guadalajara tiene incluso un edificio que es Patrimonio Cultural de la Humanidad [el Instituto Cultural Cabañas]. Si estuviera bien cuidado, la gente lo cuidaría", afirma sin dudar.
El descuido del patrimonio arquitectónico del centro de Guadalajara se puede ubicar en la mitad del siglo XX, cuando el entonces gobernador Jesús González Gallo aprobó una serie de proyectos que tenían por objetivo "modernizar" la capital del estado y que dejaron como herencia la llamada Cruz de Plazas y la Plaza Tapatía, y como saldo la destrucción de construcciones que daban cuenta de la evolución de la ciudad desde su fundación. Néstor García escucha la anécdota y no puede ocultar su consternación. "Me extraña mucho que se hayan tirado edificios", dice.
Sobre el trabajo realizado desde el Taller de Integración Profesional hacia la Sustentabilidad, García Montes aplaude el hecho de que se haga trabajo de campo y se busque realizar una intervención real. También destaca que en este trabajo se involucre a la gente del barrio, ya que es la realmente afectada con la problemática y quien tiene más soluciones en la mira.
Sin embargo, hace énfasis en que es fundamental "dar resultados tangibles, para así enfrentar la desconfianza y el escepticismo de los vecinos. Nos han contado que hay muchas iniciativas, pero ninguna se lleva a cabo. Se está trabajando con las ilusiones de la gente y no puedes decepcionar a los ciudadanos. Hay que enfrentar la desconfianza y el escepticismo, pero si ellos ven que hay productos, cambios reales, se genera un efecto de bola de nieve que puede traer grandes resultados".
Al hablar de la gentrificación, el académico vuelve a poner como referencia a Madrid, donde el fenómeno se ha vuelto un problema grave: después de que se rescataron barrios más descuidados, los costos de vivir en ellos comenzaron a subir y los habitantes comenzaron a irse, poniendo en renta los espacios en plataformas como Airbnb.
Cuestionado sobre la posibilidad de que ese fenómeno se repita en Guadalajara una vez que se rescate el centro de la ciudad, señala que definitivamente es un riesgo a tener presente en todos los escenarios de intervención.
Un detalle curioso: durante la visita que como parte del taller hizo con los participantes a la Sala Expresidentes del Ayuntamiento de Guadalajara, el académico no pudo evitar darse cuenta que en el muro donde cuelgan los retratos de quienes han sido alcaldes sólo había hombres. Ni una sola mujer. Así lo hizo notar durante el intercambio de ideas entre los talleristas y las autoridades municipales.
¿Ha influido en la marcha de la ciudad no contar aún con una alcaldesa? García no lo duda un solo segundo: "Claro que sí. Influye urbanísticamente. Las ciudades están hechas por hombres para resolver problemas de hombres, pero quienes las viven también son mujeres. Quizá ya es tiempo de que Guadalajara experimente cómo se gestionaría la ciudad por una mujer. Hay una diferencia notable en todos los sentidos".
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