"Sigamos siendo una universidad crítica y propositiva"
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"Sigamos siendo una universidad crítica y propositiva"
José Morales Orozco, SJ, hace un balance de su gestión como rector del ITESO, ciclo que concluye el 2 de octubre próximo, cuando rinda su informe del último año de trabajo y lo suceda en el cargo Luis Arriaga, SJ.
Judith Morán
"En estos cuatro años dejé alma, vida y corazón". Así, con la satisfacción de haber dado todo cada día, es como José Morales Orozco, SJ, sintetiza su paso como rector del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, unas semanas antes de finalizar su gestión, el próximo 2 de octubre.
El Rector dice que se lleva en su corazón al ITESO, a su comunidad y a los amigos que aquí encontró. En especial, confiesa, echará de menos lo que él llama "el paisaje auditivo", ese murmullo de los estudiantes cuando salen de clases.
"Sería un mentiroso si dijera que no voy a extrañar al ITESO, como institución y como obra confiada a la Compañía de Jesús. Los jesuitas echamos raíces no muy profundas porque tenemos que estar disponibles para la siguiente misión. En esa actitud estoy, pero eso no quiere decir que uno no tenga su corazoncito".
Morales expresa nostalgia adelantada por el cierre de este ciclo, por su marcha de la comunidad que encabezó desde el 14 de noviembre de 2014. Y bromea: "Espero que no se viva lo que dice el dicho mexicano: ‘Otro vendrá que bueno te hará'. Espero que el que venga lo haga mejor".
Los recuerdos que Morales Orozco guarda del ITESO se remontan a los años setenta, cuando era Rector del Instituto de Literatura y superior de un grupo de estudiantes jesuitas que vivía en una comunidad rural de inserción en la ranchería La Paz, Santa Fe, en Zapotlanejo. Mientras los estudiantes venían a la universidad a tomar clases, él era profesor de asignatura.
Cuando fue nombrado Rector del ITESO, recuerda, encontró una universidad en movimiento, consolidada y con solidez financiera. "Mi manera de llegar al ITESO fue como subirme a un tren en marcha, que caminaba con una dirección clara".
Él venía de ser Rector de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Ciudad de México, y menciona que siempre le preguntaban las diferencias entre ambas instituciones, que van más allá de la estructura física del campus. En el ITESO, por ejemplo, hay una sana informalidad, una relación más horizontal. "Hay una especie de caos creativo que viene de la comunidad universitaria, más efervescencia, más espontaneidad", apunta.
El peso del ITESO
Morales Orozco resalta como una característica del ITESO la influencia que tiene en el estado y en la región. "Es un referente para temas como los derechos humanos y la promoción de la justicia", asegura y destaca la participación en distintos observatorios, como el de la Gestión Integral del Agua para el Estado de Jalisco.
"A mucha gente, sobre todo en el sector público, le interesa saber qué dice el ITESO sobre ciertos puntos, porque vamos a decir lo que pensamos. Como institución no estamos casados con ningún interés ni con algún grupo político o empresarial. Somos libres. No estamos atados con ningún interés que no sea el de ser fieles a lo que significa ser universidad, y ser universidad jesuita", señala.
Para el Rector es importante continuar con esa presencia crítica y propositiva del ITESO. "Son de las cosas que fui notando y que me hicieron sentir como en casa. Y cuando me preguntaban: ‘¿No añoras la Ibero?', la respuesta era sí y no. Ahora puedo decir que estoy enamorado del ITESO, y ya que me voy, siento cierta nostalgia".
No obstante esa nostalgia, afirma que "conviene que deje el lugar, que venga otro más joven, con ideas más frescas, que venga a seguir impulsando al ITESO. En ese sentido, me siento en paz y contento, pero triste porque uno se enamora del ITESO".
- El "tren en marcha" al que se subió como Rector, ¿qué retos tenía?
- Siempre hay retos, y voy a dejar otros. El tren sigue en marcha y digo que marcha bien. Quien me va a suceder se va a subir y se va a encontrar con que camina en una dirección clara, pero siempre hay procesos inacabados. Además, las circunstancias son cambiantes.
- La calidad académica, en un sentido amplio, es un reto. Mejorar la exigencia académica, la selección de alumnos, de profesores —tanto de asignatura como de tiempo fijo— para tener buenos profesores, y no solamente buenos académicos. Esto, por un lado.
- Por otro, hay que revisar la pertinencia de nuestros programas académicos, ponerlos al día, abrir nuevos, no sólo en función de las necesidades del mercado, que sean programas de calidad con el sello del ITESO. Es un reto permanente porque la búsqueda de la calidad es un camino que no tiene fin.
- Luego, no era un reto sino más bien un tema que sentía la necesidad de continuar y hacer más fuerte: el sistema de becas, para hacer una universidad más incluyente, socialmente hablando. Que nadie deje de entrar al ITESO o se vaya de la Universidad por cuestiones económicas.
- ¿Eso qué va a implicar? Si el alumno cumple con los requisitos académicos, y la única dificultad que tiene son problemas económicos, se le da el porcentaje de beca y de crédito que necesite. Es una política, y tengo que decir que he contado con el apoyo al cien por ciento de ITESO, AC. El porcentaje de becas y de créditos que se puede dar va creciendo.
- Durante su rectorado trabajó, junto con otros personajes de Jalisco y los rectores de otras universidades, en cuestiones como el Sistema Estatal Anticorrupción, el gobierno abierto y la transparencia. ¿Por qué eligió participar en estos temas?
- El ITESO como universidad jesuita tenía que estar presente, en un momento que sigue siendo clave para el país, en la lucha contra la corrupción, contra la impunidad y, para no hablar negativamente, promover la justicia, luchar por una cultura de paz.
- Cuando se empieza a construir el Sistema Estatal Anticorrupción del Estado de Jalisco había muchos obstáculos, gente que no quería entrarle porque decía que no iba a servir de nada, que el Congreso elegiría a quien quisiera, y alguien me sugirió: "¿Por qué no le entras tú como candidato a la comisión de selección?". Yo sabía lo que eso implicaba, no sólo era ponerme yo, sino al ITESO. Me pregunté ¿cuál es el bien mayor aquí? En ese momento dije toca poner alta la vara a los diputados, al congreso, e invitar a la sociedad civil a que participe. Y con esto en mente invité a los rectores de la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), el Tecnológico de Monterrey y Universidad Panamericana (UP), con la intención de que el Congreso de Jalisco tuviera tela de dónde cortar.
Los rectores de la Univa, la UP, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Guadalajara y el ITESO tienen una relación de colaboración, para lo cual se reúnen periódicamente.
- Desde esta relación con otras universidades, ¿cómo ve el futuro del país?
- Sí había una cierta certeza de que iba a ganar López Obrador, y existe la convicción de decir que tenemos que seguir colaborando por el bien de México como instituciones, como instancias que buscan la verdad, la justicia, la equidad, que respetan los derechos humanos, independientemente de cuál sea el partido que esté en el poder.
- Desde la perspectiva que da el resultado de las elecciones tenemos que seguir jugando un papel como universidades, que somos agentes de transformación social, formar a nuestros alumnos pensando en el bien de México y, como lo dije el día de la celebración de San Ignacio, ya tenemos un presidente elegido legalmente y tenemos que colaborar con él y con su gobierno, por el bien de México.
- Como universidad, si algo no nos gusta, podemos tener la libertad de decir "esto no nos parece por esto y por esto", pero no se vale la protesta sin la propuesta, es necesario ser propositivos también.
- Si los retos de la universidad son los de la sociedad, ¿qué nos toca hacer como comunidad universitaria?
- Primero, tener un deseo de participar más activamente a nivel individual, grupal e institucional. Informarnos bien, seguir siendo libres frente a lo que estamos viendo, ser propositivos, y si algo no nos parece, decirlo; si algo nos parece bien, apoyarlo.
- Pero siempre, pensando en que no estamos apoyando a una persona concreta, independientemente de quién sea el presidente o el gobernador, estamos apoyando el bien común, la equidad, el respeto a los derechos humanos, una mayor justicia social, una mayor inclusión en la sociedad, respeto a las diferencias, son nuestros valores y tenemos que seguir en esa misma actitud.
- México quiere un cambio, quedó claro en las elecciones.
Toma de decisiones y discernimiento
Desde que fue ordenado jesuita, Morales Orozco ha desempeñado cargos directivos en distintas obras de la Compañía de Jesús, lo que ha implicado para él ejercer un liderazgo de servicio. "Eso no me cuesta trabajo, pero ese servir muchas veces es muy costoso, porque implica tomar decisiones difíciles".
"Es complicado integrar el bien de cada uno con el bien común. Para mí, prevalece el bien conjunto sobre el particular", afirma.
Las decisiones, asegura, se toman en soledad, aunque se consulte con otros, y aquí es donde el discernimiento es fundamental.
"El consejo que le daría a la comunidad, a los directivos es que disciernan, y no tengamos miedo a tomar decisiones, porque siempre implica un riesgo, el riesgo es equivocarse y tenemos miedo a equivocarnos. Cuando hablamos de discernimiento espiritual, es un discernimiento que responde a la pregunta: ‘¿Qué quiere Dios que yo haga?'. No es lo que yo quisiera hacer o qué es lo que los demás quieren que yo haga: qué es lo que Dios quiere por el bien del ITESO, por el bien de la sociedad. Eso sí requiere una actitud de fe".
- ¿Qué le puede decir a la comunidad universitaria?
- Que sigamos siendo una universidad crítica, y más en el contexto en el que vivimos, pero propositiva. Libre de cualquier interés político, libre de cualquier interés económico, y que sigamos viendo la realidad como institución desde la perspectiva de los más pobres. Nosotros vemos a los pobres desde una perspectiva evangélica, porque en ellos vemos la preferencia de Dios.
- Que sigamos viendo la realidad desde lo que más conviene a los más marginados, a los más discriminados, no sólo desde el punto de vista económico-social, sino de todo tipo. Eso es algo muy del ITESO y de la Compañía de Jesús.
Por último, José Morales Orozco, SJ, agrega que es necesario aprender a reírse de uno mismo, porque "el sentido del humor es signo de esperanza cristiana".
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